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Índice de contenidos
La Conferencia Panafricana de 1900 marcó un hito fundamental en la historia del Panafricanismo. Organizada en Londres, la capital del mayor imperio colonial de la época, este evento representó un esfuerzo decisivo por unir a los pueblos africanos y su diáspora en torno a un objetivo común: la defensa de sus derechos y la lucha contra la discriminación y el racismo. La elección de Londres y del año 1900, el comienzo del último siglo del segundo milenio, no fue casual. Fue un momento simbólico y estratégico para dar visibilidad a las demandas de los pueblos africanos, quienes sufrían bajo el yugo colonial.
Contexto y Organización
La idea inicial fue concebida por Bénito Sylvain, quien había planeado organizar la conferencia en París durante la Exposición Universal de 1900, con la intención de reunir a académicos de todo el mundo para denunciar el racismo. Sin embargo, finalmente se decidió por una reunión exclusivamente africana en Londres. El principal artífice de esta conferencia fue Henry Sylvester Williams, un abogado originario de Trinidad, que había ganado reconocimiento por su defensa de los derechos de los africanos en la Gold Coast (actual Ghana) y Sudáfrica.
Williams, quien en 1897 fundó la Asociación Africana, desempeñó un papel crucial en un contexto de creciente activismo en las colonias africanas bajo dominio británico. La naciente clase media en África enfrentaba un fuerte racismo y discriminación, especialmente en el acceso a empleos públicos. Además, las revueltas populares se intensificaban debido a los impuestos y cargas impuestas por la colonización. En paralelo, surgieron movimientos como la Aborigines’ Rights Protection Society en la Gold Coast, fundada también en 1897, que buscaba proteger los derechos de las poblaciones indígenas.
La Influencia de Estados Unidos
En Estados Unidos, el panorama era similar. Mientras Booker T. Washington promovía una «integración» gradual de los afroamericanos en la sociedad, figuras más radicales como Alexander Walters, William M. Trotter y W. E. B. Du Bois impulsaban un enfoque más militante a través de la Negro Academy. En 1897, Du Bois lanzó el concepto de «Pan-Negroismo» en su obra The Conservation of the Race, donde defendía la necesidad de un movimiento unificado de la raza negra, basado en la organización, la solidaridad y la unidad racial.
Este ambiente de efervescencia en ambos lados del Atlántico creó el terreno fértil para la Conferencia Panafricana de 1900, que fue un punto de encuentro para intelectuales y activistas africanos y afrodescendientes de todo el mundo.
La Conferencia en Londres
La conferencia de Londres reunió a un grupo diverso de participantes, provenientes de África, el Caribe, Estados Unidos, Europa y Canadá. Aunque el número de delegados oficiales fue reducido (32 en total), la conferencia fue, sin duda, el primer encuentro panafricano en términos de representación geográfica. De los delegados, 11 provenían de Estados Unidos, 10 del Caribe, 5 de Londres, 4 de África (Abyssinia, Gold Coast, Liberia, Sierra Leona), y uno de Canadá.
A pesar de que las resoluciones de la conferencia no condenaron explícitamente la colonización, los participantes se dirigieron a la reina Victoria, obteniendo de ella el compromiso de «no descuidar los intereses y el bienestar de las razas autóctonas» en África del Sur y en Rodesia. Uno de los momentos más importantes del evento fue la adopción de la famosa «Dirección a las Naciones del Mundo», redactada por W. E. B. Du Bois, en la que se reclamaba la igualdad efectiva, no solo formal, entre las razas.
Legado y Continuidad
La Conferencia Panafricana de 1900 fue un evento pionero que estableció las bases para futuros encuentros y congresos panafricanos, y señaló el inicio de un movimiento global en favor de los derechos de los africanos y afrodescendientes. W. E. B. Du Bois, quien tuvo un papel crucial en la conferencia, se convirtió en una de las figuras más influyentes del Panafricanismo, manteniendo la llama del movimiento encendida hasta su muerte en Accra en 1953. A lo largo de su vida, Du Bois no solo contribuyó a la expansión del movimiento, sino que también definió gran parte de su doctrina y estrategias de acción.
El impacto de la Conferencia Panafricana de 1900 resonó en África y en la diáspora, y sigue siendo recordado como un momento clave en la lucha por la libertad, la igualdad y la unidad de los pueblos africanos.