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Francia quiere atraer a médicos africanos. París pretende facilitar su llegada mediante la implementación de un permiso de residencia específico. Esta es una de las medidas que figura en el proyecto de ley de inmigración. Esta ofensiva está dirigida al personal sanitario del sector público, especialmente a médicos, parteras y farmacéuticos. Se trata de una práctica neocolonial que despojará a los africanos de un eslabón crucial en la búsqueda del bienestar.
Es simplemente escandaloso ver cómo el gobierno intenta resolver los problemas de escasez de personal médico atrayendo a médicos cualificados con un permiso de residencia específico. Esta política migratoria perjudicará a los países africanos, que ya cuentan con pocas estructuras sanitarias. Estos médicos cualificados son necesarios para enfrentar los problemas de salud en sus países de origen.
Una práctica neocolonial abominable
La implementación de un permiso de residencia específico, destinado a atraer médicos extranjeros para ampliar el acceso a los servicios médicos, forma parte de esta intención de “extraer” recursos de los países africanos sin pensar en el interés de sus poblaciones.
Desde hace décadas, el tema de la extracción de recursos en los países africanos por parte de Francia es recurrente y perturba el desarrollo de estas naciones. Estas acciones constituyen una práctica neocolonial que mantiene a estos países en un estado de dependencia.
La implementación por parte de Francia de un permiso de residencia específico para los profesionales de la salud africanos tiene como objetivo explotar una mano de obra cualificada a bajo costo. Aunque este permiso se supone que facilita su instalación e integración en Francia, un país considerado desarrollado, las consecuencias serán desastrosas para los países africanos.
Un “soft power” destructivo para los países africanos
Esta medida está destinada a mejorar el acceso a cuidados de calidad para los franceses. Sin embargo, puede tener consecuencias negativas para los países africanos, especialmente la “fuga” de sus médicos, que ya es un problema importante. Esto podría tener efectos devastadores para algunos países africanos, que ya se ven obligados a enfrentar la escasez de médicos y el acceso desigual a los servicios de salud. La implementación de un sistema de este tipo aumentará el desequilibrio entre los países ricos y los pobres, y acabará por destruir los sistemas de salud de los países africanos.
Este fenómeno es perturbador e injusto, ya que los individuos más capacitados y mejor formados son invitados a ejercer su profesión en otro país, lo que frena el progreso técnico y social de sus países de origen. Además, esta práctica puede servir a veces como un pretexto para la explotación, ya que con frecuencia los trabajadores africanos son víctimas de una falta de protección legal y salarial en los países de acogida.
Estados africanos casi impotentes
Seguramente miles de médicos y profesionales de la salud africanos tomarán la difícil decisión de dejar su continente natal y sus países en busca de mejores condiciones de trabajo y salarios en Francia, mientras que los estados africanos permanecen impotentes.
Estos profesionales son atraídos por el hecho de que en Francia no solo reciben un salario más alto, sino también condiciones de trabajo más previsibles y posibilidades de desarrollo profesional. Las diferencias salariales son considerables. Mientras que los médicos franceses están cubiertos por la seguridad social y disfrutan de ventajas como la jubilación y la protección en caso de enfermedad, este no es el caso para muchos médicos africanos. Si a esto se le suma la falta de recursos, de estructuras de salud adecuadas y la precariedad de las condiciones laborales, la emigración de médicos africanos hacia Francia parece inevitable.
Pero los estados africanos deben hacer un esfuerzo. Adoptar políticas y programas que fomenten una reestructuración de los regímenes salariales con sueldos dignos, así como la implementación de normas y condiciones de trabajo adecuadas y la construcción de estructuras sanitarias modernas. Esto podría contribuir a motivar a los médicos africanos a trabajar en sus países de origen, en lugar de buscar carreras y salarios más elevados en el extranjero.